Para analizar el problema de la extorsión en cualquier contexto, es importante entender cómo han evolucionado estos con respecto a otros años. Para esto, el gráfico 1 muestra la evolución de los casos de extorsión en Bogotá y revela un incremento notable en los últimos años, con una tendencia particularmente preocupante para 2025. A saber:
Los casos reportados en 2025 han superado consistentemente los niveles observados en 2022 y 2023, especialmente a partir de la mitad del año, donde se observa un pico significativo alrededor de julio y agosto.
La tendencia creciente en los últimos meses de 2025, representada por la línea ascendente en verde, indica un aumento sostenido que podría agravarse si no se toman medidas inmediatas. Se hace imperativo implementar acciones efectivas para revertir esta tendencia. Para esto, resulta fundamental entender más qué explica este fenómeno reciente.
Para entender las razones del incremento en la extorsión en los últimos mese del 2025, evidenciada en la figura 1, podemos investigar como se componen estos casos de acuerdo a varias variables. La primera es el genero de la víctima y la segunda el medio a través del cual se realiza la extorsión:
Que los casos reportados para el género masculino han experimentado un crecimiento notable desde mayo hasta junio, superando consistentemente a los casos femeninos y aquellos con género no especificado.
Asimismo, las llamadas telefónicas muestran una tendencia ascendente en el mismo período, sugiriendo que este método se ha vuelto más prevalente. Esta situación podría indicar que un mayor control en las cárceles, donde los presos suelen realizar este tipo de actividades, podría ser una estrategia efectiva para disminuir los casos, al limitar las oportunidades de comunicación que facilitan estas extorsiones.
La Figura 3 muestra la evolución de los casos acumulados de extorsión en todas las localidades de Bogotá desde Enero hasta Julio del 2025. Las localidades que presentan un mayor crecimiento en este delito son Suba, Santa Fe, Kennedy y Engativá, las cuales muestran un incremento significativo, sugiriendo que estas cuatro áreas contribuyen de manera más notable al aumento general de los casos de extorsión en la ciudad. Existe un grupo intermedio de localidades, como Usaquén, Fontibón, Teusaquillo, Los Mártires, Chapinero, Tunjuelito y Usme, que exhiben un crecimiento moderado, con valores que oscilan entre 50 y 90 casos en julio. Por otro lado, un tercer grupo, integrado por Candelaria y Antonio Nariño, presenta un crecimiento bajo, manteniéndose por debajo de los 50 casos, lo que indica una menor incidencia y evolución del delito en estas zonas.
Esto implicaría que los esfuerzos dirigidos hacia la reducción en el número de casos debe estár enfocado con mayor fuerza en estas localidades de mayor crecimiento.
Por otro lado, la Figura 4 ilustra el cambio porcentual en el número acumulado de casos de extorsión de enero a junio entre 2024 y 2025 para diversas localidades de Bogotá, ofreciendo un análisis del comportamiento delictivo en un rango temporal comparable. El cambio porcentual se calcula como la diferencia entre los casos acumulados en 2025 y 2024 a junio, expresada en porcentaje. Se destacan: 1) incrementos significativos en localidades como Tunjuelito (alrededor de 180%), Teusaquillo (aproximadamente 120%), y Usaquén (cerca de 100%), que reflejan un aumento notable en los casos de extorsión. 2) las localidades como Los Mártires, Antonio Nariño, Ciudad Bolívar, Candelaria, y Bosa muestran reducciones, con valores negativos que oscilan entre -20% y -80%, indicando una disminución en la incidencia del delito.
Basado en el análisis anterior, se concluye que la extorsión en Bogotá ha experimentado un incremento alarmante en los últimos meses, superando consistentemente los niveles de 2022 y 2023, con un pico notable en julio y agosto, especialmente en localidades como Suba, Santa Fe, Kennedy y Engativá, que lideran el crecimiento del delito y contribuyen significativamente al aumento general en la ciudad. Un grupo intermedio de localidades (Usaquén, Fontibón, Teusaquillo, entre otras) muestra un crecimiento moderado, mientras que áreas como Candelaria y Antonio Nariño presentan una incidencia baja. La prevalencia de las llamadas telefónicas como medio principal de extorsión, junto con el aumento de casos entre víctimas masculinas desde mayo a junio, sugiere la necesidad de implementar políticas públicas urgentes, como el fortalecimiento del control en las coberturas telefónicas para limitar las oportunidades de comunicación de los extorsionistas, campañas de sensibilización dirigidas a hombres sobre prevención, y un refuerzo en la vigilancia y respuesta policial en las localidades de mayor incidencia para revertir esta tendencia preocupante.
Por último, dado el incremento acelerado en los casos de en algunas localidades, se deben priorizar el fortalecimiento de la vigilancia y las estrategias de prevención en Tunjuelito, Teusaquillo y Usaquén, posiblemente mediante patrullajes reforzados y campañas de concienciación.